LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Imagina dos montañas, una donde  se acumulan las malas experiencias, y los sentimientos, emociones, acciones, que albergamos sobre las otras personas y que constantemente estamos juzgando y criticando, y nos hacen sentir mal,  y otra, donde se hayan las experiencias y vivencias gratas, junto a sentimientos, emociones y acciones de la gente que nos quiere y nos rodea y que conforman el lado amable de la vida.

A menudo nos solemos fijar mas, en las cosas que no nos gustan y que nos producen insatisfación, que en aquellas, que nos gustan, por el hecho de que quizás están ahí y nos hemos acostumbrado tanto a ellas que no nos damos cuenta de los tesoros que hemos ido acumulando por el camino.


Es muy común que cuando las cosas van mal y alguien intenta hacernos reflexionar sobre lo contrario solemos apostillar diciendo:


- "hay que ser realista?


¿Pero que es ser realista?


 Ser realista  parece que es algo así como estar preparado para que suceda lo malo, no vaya a ser que luego nos acabemos decepcionando si albergamos demasiadas ilusiones.


Ser realista pasa por aceptar el fracaso antes de que suceda, y por aceptar lo negativo como negativo


Ser realista consiste en darse cuenta de que determinadas situaciones no se pueden cambiar y que por tanto no vale la pena luchar,  y eso nos hace vivir amargados.


Ser realista es detectar en nuestra vida todo lo que no nos hace felices y apechugar con ello.


Pues bien, hay otra cara de la moneda.


Porque vislumbrar una salida digna, un rayo de esperanza en la desesperación y apostar porque las cosas van a ir mejor también es ser realista.


Aceptar con dignidad que dentro de lo malo existe lo bueno, también es ser realista


Cambiar nuestra actitud ante las cosas y fijarnos en lo que las situaciones nos pueden enseñar aprovechando en cada momento lo que la vida nos trae sin resentimientos, también es ser realista


En toda situación, en todo acto, en el universo entero, siempre encontraremos la ley de la dualidad.
Todo tiene dos caras, una que tiende hacia la bueno y otra que tiende hacía lo malo, (aunque el bien y el mal sean relativos, dependiendo de la percepción y la situación de cada uno.)


Somos libres de detenernos a mirar hacia un lado o hacía el otro, sin alejarnos por ello de la realidad.
Podemos fijarnos en la montaña de cosas que se han ido acumulando poco a poco, en el tiempo, cuyo matiz es negativo para nosotros, o podemos fijarnos en la montaña de cosas buenas que también están ahí y forman igual parte de nuestra experiencia y de las situaciones que cotidianamente vivimos.


Con la diferencia de que si nos fijamos en las cosas mas agradables, nuestras emociones serán más sanas y nos sentiremos mucho mejor, abriendo posibilidades y puertas que quedarán cerradas si miramos hacía el otro lado.


Cuando algo nos preocupa, o nos produce un sentimiento de angustia, de rabia, de indignación, esta ligado a la actitud y la percepción que tenemos en ese momento de la situación. Desarrollar la capacidad de darle la vuelta a la moneda y cambiar de cara, es obrar con inteligencia y sabiduría y es apostar por una vida emocional más sana.


Podemos opinar lo contrario y seguir siendo realistas fatalistas, haciendo que nuestra vida sea un suplicio, o podemos cambiar de estrategia siendo realistas inteligentes fijándonos y alimentando solo esa parte de la realidad que nos interesa para ser felices y vivir una vida que valga la pena.


Tu eliges


¿Qué cara de la moneda prefieres?


 -"¿Qué tiempo cree usted que vamos a tener hoy?" le pregunto un individuo a un pastor en el campo.


-"El tiempo que yo quiero" respondió el pastor


-" ¿Y cómo sabe usted que va hacer el tiempo que quiere?


-" Vera usted señor, cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo. Por eso estoy seguro de que va ha hacer el tiempo que yo quiero"


                                                                                            Anthony de Mello, La oración de la rana 2