lunes, 3 de marzo de 2014

Maldito condicional



Si me dejara llevar por las sensaciones que habitan dentro de los huecos de mi corazón, iría ahora mismo a buscarte, a enrredarme entre los rizos de tu pelo, a recorrer despacito las curvas de tus labios con mis dedos.
Iría a mirarme en el inmenso océano de tu mirada y a flotar sin moverme, dejándome llevar por el vaiven  del agua de tus lágrimas que enjugaría en silencio, besando cada trocito de tu alma herida.
Iría para cantarte, susurrandote al oído, apoyando mis labios sobre tus labios, canciones que acunen tu pena, canciones que llenen ese vacio tan lleno que hace que tu vida sea insoportable.
Iría, íria... Pero no puedo, porque se que tu no quieres y por  eso yo me quedo, aquí, soñandote, dibujando con los pinceles de mi mente y mi imaginación esa escena perfecta donde sólo existimos tú y yo.
Si tu corazón quisiera, si tu corazón pudiera, yo iría a ofrecerte el refugio que tu desdicha anhela.
Iría a hibernar tu dolor, a convertirlo en un río de sonrisas por donde navegar tú y yo.
Si me dejara llevar... Haría tantas cosas que no puedo: iría, amaría, lloraría, abrazaría, besaría, acunaría, y te sentiría... Pero ni siquiera me atrevo a soñar ese condicional que me atraviesa por dentro. Pensarlo sólo me parece un disparate, porque yo tampoco puedo, aunque quisiera no podría, por eso mi alma calla tu nombre y mi voz se duerme entre las sábanas de un: "si me dejara llevar..."

Marian Marin

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