La salud es un estado mental, en cuanto que depende de la energía del pensamiento.
El sistema inmunitario que es el encargado de defender nuestro organismo de las agresiones internas y externas que provocan las enfermedades, esta ligado a la calidad de nuestra manera de percibir y de gestionar nuestras emociones.
Cuando nos sentimos alegres y agradecidos con la vida y las circunstancias que nos rodean, las vibraciones que resuenan en todo nuestro ser, cuerpo , mente y alma , son puras, equilibradas, son vibraciones de frecuencia alta, que permiten que nuestro sistema inmunitario sea excelente.
Lo ideal es prevenir y seguir unas pautas lógicas de higiene, que nos ayuden a mantener la salud, como hacer ejercicio y llevar una dieta sana, pero hay algo mucho mas importante que a menudo se queda en el tintero, y que es, mantener la mente y las emociones equilibradas.
Si la mente esta sana, no falla, el cuerpo también.
La mente con su elevado potencial, es la verdadera herramienta que puede hacer que el cuerpo se mantenga en ese estado que llamamos salud y que es la ausencia de enfermedad.
Cuando las emociones son las adecuadas, nuestros pensamientos también lo son, y el cuerpo es capaz de hacer frente a cualquier virus, bacteria o incluso a cualquier veneno que provenga del exterior, incluidos los que provienen de una alimentación inadecuada.
El cuerpo posee un complejo sistema de auto curación y esta preparado para cualquier contratiempo siempre y cuando la mente no pierda el control.
Una mente equilibrada, esta fuerte, y nos permite elegir lo que mas nos conviene, ya sea en materia de alimentación, ejercicio, relaciones... haciendo que la vida sea fácil y agradable, repleta de salud física, emocional y espiritual.
La alegría, el agradecimiento,la tolerancia, el amor, la comprensión, la esperanza... son la verdadera medicina capaz de mantener y recuperar la salud.
No hay que vencer a la enfermedad ni luchar contra ella, la estrategia es conservar y/o recuperar la salud, si recuperamos la salud la enfermedad se marchara sola.
La enfermedad es la ausencia de salud, por lo tanto hay que aumentar la salud, para que la enfermedad no tenga sitio donde instalarse.
Aumentamos la salud cuando nos mantenemos serenos, gestionando correctamente las emociones adversas como la rabia, los celos, el enfado, la tristeza, el orgullo, el dolor, el miedo...
El dolor no se puede evitar, es parte de la vida, y va unido a la decepción, la mayoría de las veces tiene que ver con situaciones que vivimos como desagradables porque no son las que esperábamos o teníamos previstas, pero el sufrimiento que proviene del dolor es opcional, ya que se puede elegir.
El sufrimiento es un estado emocional que aparece cuando alimentamos el dolor, permitiendo que se alargue en el tiempo. Es lógico sentir dolor cuando un ser querido fallece, pero el sufrimiento sera la consecuencia de la no aceptación de esa ausencia. La vida sigue a pesar, de las dificultades, y de nosotros depende seguir adelante de la mejor manera posible.
La salud, esta ligada a esa opción de vida, si nos mantenemos firmes, fuertes, equilibrados, la salud lo estará también, mientras que si dejamos que el abatimiento, la pena, la fuerza se apoderen de nosotros, la salud nos abandonara de la misma manera que nos abandonan las ganas de vivir y ser felices.
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